Cuando existe una flaccidez llamativa con exceso de piel redundante a nivel de los muslos, generalmente secundario al envejecimiento o a una pérdida de peso llamativa, el tratamiento indicado es el lifting de muslos.
La cirugía
La intervención se realiza con anestesia regional (raquídea) o general, dura aproximadamente 3 horas y se recomienda una noche de ingreso hospitalario. La incisión puede hacerse en la cara interna del muslo cerca de la ingle o puede ser necesario llevarla al pliegue glúteo o incluso hacerla circular. Las cicatrices serán proporcionales a la cantidad de piel sobrante. La elección se hace con el objetivo de que la incisión este colocada de forma que la cicatrices sean lo menos visibles posible.
A menudo asociamos esta intervención con la liposucción de muslos.
Después de la cirugía
El lifting de muslos es una intervención segura que suele obtener un alto grado de satisfacción cuando está bien indicada. Hay que tener en cuenta que la cicatriz es permanente y que puede ensancharse o descender en función de la variabilidad individual a la hora de cicatrizar. La complicación más frecuente es el seroma, o acumulación de líquido linfático que retrasa la cicatrización. Para evitar o disminuir la aparición de seroma es fundamental llevar una prenda de presoterapia durante 1 mes y realizar drenajes linfáticos tal y como le indiquemos.