Las diferencias anatómicas que hombres y mujeres tienen se reflejan en cada una de las intervenciones estéticas que realizamos y especialmente en la rinoplastia, una de las cirugías más electivas que existen. Que haya diferencias entre hombres y mujeres no significa que no podamos modificar al gusto del paciente la apariencia de la nariz. Antes de la cirugía hacemos un estudio fotográfico completo con visión frontal, oblicuas, laterales, basales y craneales. Mediante una simulación informática podemos valorar los cambios que podemos realizar en la nariz y cómo esos cambios afectarían a la estética global de cara. Una vez llegamos a un entendimento, las fotos de simulación las guardamos y las llevaremos a quirófano para servirnos de guía el día de la intervención quirúrgica.
¿Qué diferencias hay entre la nariz de un hombre y una mujer?
En general existen diferencias estructurales en la anatomía típicas de varones y mujeres. Los hombres tienden a tener la piel más gruesa, los cartílagos más duros y resistentes, mayor tamaño de vasos sanguíneos (lo que implica mayor riesgo de sangrado postoperatorio o de cardenales).
Además, si nos fijamos en el dorso nasal, el dorso nasal «ideal» de un hombre es más recto desde el radix (donde nace la nariz), con mínimo resalte de la punta en la región de la suprapunta. Por el contrario, en mujeres la nariz «ideal» tiende a tener un dorso más bajo con una ligera concavidad y realce de la punta en la región de la suprapunta.
Por otro lado, la punta de la mujer tiende a ser más definida, se notan mejor los cartílagos alares debido a la piel más fina, la rotación del angulo nasolabial «ideal» se aproxima a 100 grados. En hombres, la punta es menos definida y más ancha, la rotación del angulo nasolabial es menor (95 grados o incluso menor).
Estas diferencias en narices «ideales» deben ser confrontadas con el paciente en las visitas preoperatorias. Muchas veces lo que se considera «ideal» en unas regiones del mundo o para unas personas no lo es tanto para otras. La clave de la rinoplastia es la individualización del procedimiento.