Un ejemplo de lo que se considera un cuello bello es el de un busto expuesto en el Museo Egipcio de Berlín, el del busto de la reina Nefertiti. ¿Por qué? Porque en este busto se reflejan los distintos aspectos que valoramos en un cuello atractivo: es largo, fino y sin arrugas. Estos cuellos se pueden encontrar en mucha gente joven, pero con los años, los movimientos frecuentes de esta piel bajo el efecto de los músculos que mueven el cuello y la cabeza junto la acción de la exposición solar, van a producir la aparición de arrugas.
Antes de continuar nos gustaría apuntar que el cuello tiene músculos a distintas profundidades y con diversas funciones. Los tratamientos a nivel estético se pueden realizar sobre la piel, tejido graso y sobre el músculo platisma. Este músculo va desde el esternón y clavícula hasta la mandíbula y es el que se contrae cuando sacamos la mandíbula hacia delante, mostrando unas “cuerdas” en el cuello.
Volviendo a las arrugas, hay dos tipos principales en el cuello:
- Arrugas finas horizontales: fruto de la contracción del músculo platisma y de los movimientos verticales del cuello. Estas arrugas se parecen mucho a las arrugas que se forman en la cara con la contracción de los músculos de la mímica. Son arrugas en las que la piel ha perdido colágeno, ácido hialurónico y elastina y de forma secundaria, agua. Nos podemos encontrar este tipo de arrugas en prácticamente toda la población, incluso en niños. Por supuesto, con los años se hacen más evidentes y menos “estéticas”.
- Arrugas gruesas verticales, como “cuerdas” que unen la clavícula con la mandíbula. Se producen por un descolgamiento del músculo platisma y su contracción, digamos, “patológica”. Estas arrugas dan un aspecto muy envejecido al cuello y son propias de mujeres y hombres por encima de los 40 años.
La solución para los dos tipos de arrugas va a ser distinta:
Arrugas finas horizontales: hay varias opciones de tratamiento:
- Peeling químico para eliminar la capa de piel más superficial deshidratada y engrosada y estimular el crecimiento de una piel más bonita y suave.
- Rellenar las arrugas una a una con un ácido hialurónico que de volumen a esos pequeños surcos en la piel.
- Hidratar de manera difusa el cuello mediante el uso de vitaminas y aminoácidos mediante un tratamiento con mesoterapia.
- Una combinación de todo lo anterior, que lógicamente, tiene mejores resultados que cada técnica por separado.
Arrugas gruesas verticales: el tratamiento consiste en la relajación del músculo platisma mediante la inyección de pequeñas cantidades de toxina botulínica (el famoso Botox). Se inyecta en distintas partes del músculo para relajarlo y que desaparezcan las arrugas.
En resumen:
Un cuello esbelto y sin arrugas verticales es típico de la juventud y se considera bello.
Las arrugas finas “de expresión” del cuello están presentes desde la infancia pero se pueden mejorar si empeoran con los años.
Las arrugas verticales tipo “cuerdas” son inestéticas y se pueden resolver fácilmente mediante el uso de toxina botulínica.