La belleza ha sido y es una cualidad relativamente fácil de percibir pero muy difícil de explicar. Las caras más bonitas parecen tener en común ciertas características que no son siempre fáciles de identificar. Cuando se analizan rostros que se consideran bellos en fotografía (generalmente el de los actores de Hollywood) se puede advertir que, habiendo cambiado ciertos cánones de belleza, nos siguen pareciendo guapos, aun habiendo pasado ya más de cien años.
¿Y por qué es esto? Pues básicamente porque la belleza es un rasgo de atracción entre individuos además de otros rasgos como la altura, la musculatura, la inteligencia, la amabilidad, la simpatía…
Pero, ¿qué es ser bello?
Cuando estamos delante de alguien nuestro cerebro analiza de manera inconsciente determinadas características del rostro y lo clasificamos casi involuntariamente por sus:
- proporciones entre elementos: unos ojos más grandes de lo habitual en una cara con todos sus elementos bien proporcionados pueden ser muy atractivos y aumentar la belleza de esa cara. Esto es uno de las características del anime japonés, caras bonitas de grandes ojos. Lo mismo ocurre con una boca carnosa se asocia a cierto componente “sexy”. Por el contrario, unas orejas o una nariz muy grandes empeoran drásticamente el aspecto de nuestra cara.
- forma y tamaño de los elementos: continuando con el ejemplo de los ojos grandes, como todos sabemos, no vale un “grande, ande o no ande”. No es lo mismo unos ojos almendrados que unos muy redondos saltones y nuestro cerebro lo sabe.
- signos de hostilidad o amistad: si los ojos grandes son considerados por nuestro cerebro como excesivamente abiertos, esto puede ser interpretados como señal de estres o tensión de la persona que tenemos en frente y su cara no resultará atractiva. Una boca ladeada que enseñe ciertos dientes ,como los incisivos, se considera agresiva o no amigable. En la misma línea, unas cejas bien colocadas puede dar un aspecto alegre a nuestra cara mientras que unas cejas con una inclinación muy pronunciada dan impresión de enfado o tristeza, ambas características consideradas poco atractivas por nuestro cerebro.
- marco de los elementos faciales: si el tamaño de los elementos faciales (ojos nariz, boca, orejas…) es el adecuado y proporcionado y la expresión es afable, el último elemento que aumentará y “redondeará” el aspecto bello de un rostro es la forma de la cara, que viene dada por la línea de la mandíbula, pómulos (arcos cigomáticos) y frente. Se considera atractiva una forma facial en función de la edad de la persona, me explico, en bebes y niños nos resulta atractivo un rostro redondeado, en adultos nuestro cerebro se siente atraído por facciones ovaladas o triangulares (con el vértice en la barbilla) en mujeres y levemente ovaladas o rectangulares en hombres.
La Medicina Estética, con los diferentes tratamientos, procura mejorar las proporciones de los distintos elementos faciales, mejorar el marco que los engloba potenciando los rasgos asociados a la juventud e intentando conferir al rostro un aspecto más amable y juvenil.