Los peelings actúan eliminando las capas de la piel más superficiales. Es decir, lesionan de forma controlada la piel para que ésta se regenere y mejores sus características: aspecto, textura, suavidad, color, tono… Es decir, vamos a provocar una renovación de la piel para que luzca mucho más bonita y suave.
¿Hay que preparar la piel para el tratamiento?
El tratamiento se realiza en consulta y, dependiendo del tipo de peeling que se precise, puede ser necesario una preparación previa con una crema en el domicilio del paciente unos días antes.
¿Hay distintos tipos de peelings?
Los peelings más frecuentemente usados son los que sirven para dar luminosidad a la piel, perfectos para celebraciones y eventos. Hay otros que se usan para eliminar pequeñas pigmentaciones o manchas o para disminuir la afectación que produce el acné en la piel. Las pieles más maduras también se pueden beneficiar de peelings que las reparan parcialmente y mejoran sus irregularidades y arrugas. Algunos peelings precisan varias sesiones mientras que otros sólo una.
¿Todos los peelings pelan la piel?
Cada peeling tiene unos componentes específicos y no todos “pelan”. Los que sí lo hacen producen un efecto similar a una quemadura por no usar crema de sol: primero se descama la piel y debajo queda piel enrojecida nueva, que va sustituyendo a la antigua.
¿Es preciso un tratamiento post peeling?
Siempre que se haga un peeling es necesario proteger la nueva piel del sol con cremas con factor de protección 50. Además, determinados peelings producen una sensación inicial de tirantez que precisará abundante crema hidratante. Por tanto, es recomendable no tener actividades en la playa o montaña tras un peeling.